sábado, 21 de junio de 2014

Sólo te pido una cosa

—¡Mamá, me hago pis! —exclamó Adrián mientras daba saltitos para contenerse las ganas.
No había mejor despertador que aquel que sonaba puntualmente a las cinco de la mañana de cada lunes, martes, viernes y sábado. Almudena, que así se llamaba la madre, llevaba divorciada cuatro años, dos menos de los que tenía Adrián. Todas las mañanas eran iguales: se levantaba con el pelo revuelto y con los ojos pegados, intentando adivinar dónde encontrar el interruptor de la luz para no caerse mientras llevaba al niño al baño. Siempre se preguntaba lo mismo: “¿cuándo dejará de despertarme para ir a hacer pipí?” Seguramente le daba miedo la oscuridad o, simplemente, quería estar más tiempo con su mami. Sin embargo, esa mañana era diferente:
—Mamá, ¿te puedo pedir una cosa? —dijo Adrián con unos ojos
azules abiertos de par en par.
—¿Qué quieeres? —volvió a preguntar la madre alargando las “es” en su garganta.
—¿Podrías comprarme una piruleta grande, de esas rojas y blancas? Por fa, por fa, por fa…
—Ya veremos.

Casi estaban llegando al colegio y Almudena se agachó para despedirse con un beso en la mejilla. Se volvió a montar corriendo en el coche porque tenía poco tiempo para prepararse antes del trabajo. Ese día era muy importante para ella: se inauguraba un nuevo museo en el centro de la ciudad y tenía como responsabilidad realizar la primera visita guiada en honor a su apertura. En su cabeza resonaban algunas fechas y nombres históricos que no debía olvidar, la cita del médico que tenía que pedir para su hijo, los puerros que necesitaba comprar para la comida, las clases de inglés y el regalo de su amiga, que cumplía cuarenta años.

Una vez en el trabajo, Almudena se enfundó su sonrisa más sincera y la primera visita al museo resultó ser un éxito. De camino otra vez al coche se hizo una coleta para estar más cómoda y se quitó los zapatos. Por fin llegó al supermercado. “¿Qué es lo que tenía que comprar? ¡Ah, sí!” Los puerros nunca fueron su alimento favorito, pero había descubierto que mezclándolos con patata y nata estaban riquísimos y a Adrián le volvían loco. Además, eran muy sanos. Mientras pasaba por la estantería de caramelos, dulces, rosquillas y piruletas, se acordó de pedir cita para el dentista. ¡Pobre pequeño!… Tenía un diente que le estaba molestando los últimos días y la madre, decidida, llamó al Dr. Gutiérrez que, por suerte, tenía hueco para la mañana siguiente.

Era la hora de recoger al niño y hacer la vichyssoise y de freír los filetes, aunque sin mucho aceite, que Adrián ya estaba gordito. Almudena, embelesada en la tele, fijaba los ojos en aquellos dibujos rosas y verdes comenzando a pensar en mil historias que le viajan por su cabeza como si de una autopista con tráfico en hora punta se tratara. El tan ansiado silencio se quebrantó por un grito que le removió el corazón, haciéndolo bombear a la velocidad del de un ratón.
—¡Mamá! ¿Me has comprado eso?
—¿El quéeee?
—¡La piruleta grande, roja y blanca!
La madre le recordó a Adrián que iban a llegar tarde a la clase de inglés. Masticaban tan rápido que el pollo parecía ser triturado con violencia; menos mal que la crema de puerros se la habían tomado entera…

“¡Qué cabeza tengo!”—pensó Almudena—. “He estado en el supermercado y me he olvidado de comprarle un detalle a mi amiga”. Tanto Almudena como Adrián debían de gozar de buena salud porque acostumbraban a ir corriendo de un sitio para otro, como si en la vida no hubiera tiempo que perder. Aunque, ese tiempo ahorrado ¿iría a alguna parte?

El día terminaba cuando Almudena llevaba al niño, como cada martes y sábado, a casa de Iván “el alto”, el padre de Adrián, que así se hacía llamar por sus amigos de baloncesto.
—Mamá, ¿me has comprado lo que te dije? —preguntó de nuevo Adrián clavándole los ojos a su madre.
—No he podido, no he tenido tiempo. Además, no puedes comer caramelos hasta que te vea el Dr. Gutiérrez.
—¡Para una cosa que te pido…! —refunfuñó Adrián cruzándose de brazos y dando una patada al suelo.

Ya en casa del padre, Almudena se apresuró dándole los datos de la cita del médico a Iván y poco a poco se alejaban sus pasos sobre las baldosas grises del camino de regreso a casa. Se comió un yogur y se quedó dormida en el sofá del salón.

Al día siguiente, Iván llevaba a rastras a Adrián para ver al médico y la visita resultó ser muy productiva porque el Dr. Gutiérrez, que tan fiero parecía con ese bigote negro, le había regalado al pequeño Adrián una piruleta grande, roja y blanca. Almudena recogió al niño después de la clase de kárate y decidió ir a ver a la abuela, que estaba malita. Mientras tanto, Adrián le contaba lo bien que le había ido la cita con el doctor, aunque pronto se percató del error que había cometido cuando Almudena, enojada por lo que oía, llamó a Iván recriminándole su conducta al aceptar la piruleta.
—¡Mamá!, la piruleta era para Carla —gimió el chiquillo empapado en lágrimas.
—¿Quién es Carla? —preguntó la madre con gesto confuso.
—Una niña de mi clase a la que se le ha caído un diente y el Ratoncito Pérez no le ha dejado nada debajo de la almohada —masculló Adrián mientras seguía llorando.
Pobre Carla, se había quedado sin regalo porque sus papás le explicaron que el Ratoncito Pérez estaba en crisis, pero esto ella no lo entendía. Adrián tampoco entendía nada, por lo que decidió regalarle a su amiga la piruleta del Dr. Gutiérrez tan grande, tan roja y tan rica.


Cuando llegaron a casa de la abuela le contaron todo lo ocurrido y Adrián, que es muy revoltoso, aprovechó el beso que le dio para quitarle su audífono, y fue en busca de su madre, a la que se lo colocó en la oreja diciéndole: “Mamá, sólo te pido una cosa: escúchame”.

Potencial turístico del litoral gallego

Artículo recién salido del horno en la Revista de Estudios Turísticos sobre el potencial turístico del litoral gallego. Está publicado en el número 198. Todo esfuerzo merece su recompensa  HAPPY!!

http://www.scoop.it/t/sictur/p/4023215230/2014/06/19/potencial-turistico-del-litoral-gallego

viernes, 21 de marzo de 2014

Y por fin la primavera

Un año más podemos disfrutar de la entrada de la primavera y, esta vez, con un tiempo de ensueño. Aquí en Jaén no somos de irnos de vacaciones de primavera como hacen, por ejemplo, en Estados Unidos. Nosotros, en todo caso, nos iríamos de vacaciones de Semana Santa. 

Por cierto, ¿alguien se atreve a pronosticar el tiempo que hará en Semana Santa? Esperemos que bueno, a estas alturas del año ya necesitamos un receso en el mal tiempo y poder descansar para poner todas nuestras ideas en orden.
  



Por último, quería despedir esta mini-entrada para recordar que no puede haber mejor comienzo de primavera que con este pedazo de concierto de Second, con Alis como invitado. Todo apunta a que va a ser una buena primavera, esperemos que sin mucho polen (aunque las noticias avisan de lo contrario). 



Disfrutad estos meses, ¡que se pasan volando! y... cuidado con las fiestas de la primavera.

sábado, 2 de noviembre de 2013

El Grado en Turismo no debería existir

Hace mucho tiempo que no escribía nada en el blog, pero considero que para hacerlo debe haber algo importante sobre lo que hablar, si no, mejor quedarse callado.

Puede que a muchos sorprenda el título de mi nueva entrada. Llevaba ya algunos meses con ganas de opinar acerca de los estudios que se ofrecen en la Universidad, ya sea el Grado en Turismo, la Diplomatura o los distintos Másteres. Personalmente puedo decir que he disfrutado más que nadie estudiando “Turismo” durante 6 años (4 de carrera y 2 de máster) para poder llegar a ser una profesional medianamente decente en cuestiones turísticas. Pero, ¿qué es un profesional del turismo? ¿Un recepcionista de hotel, un empresario, un guía turístico o un profesor? Todas esas profesiones tienen algo en común, y es que no se necesita estudiar “Turismo” para desempeñarlas.

Empecé a pensar seriamente en este asunto cuando a principios de octubre asistía a la Feria de Turismo “Tierra Adentro” en Jaén. Una gran parte de los profesionales que exponían sus productos no tenían estudios relacionados con turismo, ni falta que hace. Pasando de ese momento en concreto, me centraré en enumerar los distintos empleos para los que no se necesita tener una Diplomatura o Grado en Turismo.

Comencemos por el más básico de todos, ese en el que hacemos las prácticas como loc@s pensando que nos van a contratar porque, al fin y al cabo, es un trabajo “muy bonico”. Me refiero a la profesión de recepcionista de hotel. Para qué estudiar el Grado en Turismo si hay un módulo superior que te prepara exhaustivamente para desempeñar este puesto como un verdadero profesional. No intenten rebuscar ninguna palabra irónica de esto que acaban de leer porque no las hay. Si quieres ser recepcionista de hotel, estudia por ejemplo, el Curso Superior de Alojamiento y Comercialización Turística de la Escuela de Hostelería y Turismo de “La Laguna” en Baeza (no voy a comisión con ellos). Allí te prepararán durante dos años para realizar las funciones correspondientes a este puesto de trabajo, incluyendo la posibilidad de llegar a ser jefe de recepción. Esto no es ninguna tontería, conozco más gente trabajando en hoteles que ha estudiado allí, que aquellos que estudiaron la Diplomatura en Turismo, además, con excelentes resultados.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Úbeda vista por los ojos de un turista

Hace poco menos de un mes unos turistas muy especiales vinieron a ver la maravillosa ciudad de Úbeda. ¿Por qué son tan importantes nuestros visitantes? Ellos son los que mejor reflejan la relevancia turística de un lugar a través de las fotos que toman durante su estancia por los cerros de esta Úbeda tan monumental.


¿Sabéis dónde está tomada esta foto?

Al parecer se dieron un paseo por muchas de las piedras más emblemáticas de nuestro lugar. Entre ellas no podía faltar las que componen el magnificente Hospital de Santiago.



Colores de ciudad

Continuamos visitando el Hospital de Santiago, pero esta vez haciendo un alto en el camino para ver el hermoso laurel que se encuentra a sus puertas. Algunas personas quieren que se eliminen estos fenómenos de la naturaleza porque se cree que contaminan la visión del monumento. Sin embargo, lo que muchos no piensan es que éste pueda ser un recurso turístico más tal cual lo ven nuestros queridos turistas que hasta se fotografían junto a él.


Impresionante laurel al lado del Hospital de Santiago

jueves, 19 de abril de 2012

Una ubetense en Manchester (parte 1)

Hace poco menos de un mes regresé de un viaje de reencuentros, de recuerdos y de olvidos. Una vez que se ha vivido en Manchester siempre quedan las ganas de volver a visitarlo y ver si todo sigue igual, aunque mucho me temo que eso es imposible.

Dejando atrás la visión sentimentalista y volviendo a la perspectiva turística, he de decir que Manchester como destino turístico está muy bien posicionado y sigue aprendiendo de su hermana lejana Londres: siempre hay algo que hacer en la ciudad (llueva, nieve granice o ¿por qué no? haga sol).

La travesía comienza con un gran vacío en el aeropuerto de A Coruña incluso en hora punta. Es normal que ocurra algo así al contar Galicia con tres aeropuertos de los que dos son, por decirlo de alguna manera, innecesarios tal y como están enfocados en la actualidad.

Aeropuerto de A Coruña marzo 2012
Aeropuerto de A Coruña 2012 marzo 2012

miércoles, 22 de febrero de 2012

Ruta saludable

Después de las pasadas Navidades que ya parece que tan atrás quedan, pasado San Valentín, ideal para el consumo, que no consumismo, de bombones a poder ser con forma de corazón, siempre es recomendable ir a dar un paseo para rebajar azúcares y colesteroles.

Sin embargo, si nos paramos a pensar, pronto llegará la Semana Santa con sus huesos de santo y la Romería de la Virgen de Guadalupe con sus típicos ochíos o el veranito con esos ricos helados con los que año tras año nos obsequian nuestros queridos "Valencianos".

Como vemos, cualquier época del año es buena para darse un gusto y con ello hacer un regalo a nuestro paladar. No obstante, quizás el paladar a su vez sea generoso e intente dar parte de ese gusto al resto del cuerpo, lo cual no nos agrada tanto.

Sabía que en nuestra Úbeda existía una ruta llamada informalmente "la ruta del colesterol" pero lo que desconocía es que esta ruta estuviera documentada y que sí que tiene nombre propio: "Ruta Saludable".

Itinerario de la Ruta Saludable de Úbeda

La ruta discurre por algunos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, además de algunas de las zonas más importantes de la parte más nueva de Úbeda. Está adaptada para todo tipo de "callejeros viajeros", ya sean niños o mayores. Además, puede realizarse en cualquier época del año, que como se ha podido comprobar, es necesario ya sea otoño, verano, invierno o primavera por los muchos beneficios que aporta y porque sabemos que el tiempo siempre va a acompañar.


Podemos cerrar este extenso cinturón con una visita al Pabellón Polideportivo en el que tendremos la posibilidad de practicar algunos de los muchos deportes que sus instalaciones ofrecen. 

¡Actívate en Úbeda y deshazte de ese peso que te preocupa, ya sea mental o físico, al mismo tiempo que disfrutas de las mejores vistas de nuestra ciudad!